Septiembre es el mes de los nuevos comienzos: la vuelta al cole y los buenos propósitos. Para muchas personas es, incluso, el verdadero inicio del año. Por ello, este mes de septiembre puede ser un momento ideal para retomar o iniciar un tratamiento de reproducción asistida. Si sueñas con formar una familia, decídete a ponerte ahora en manos de un especialista en fertilidad.
Las ventajas de realizar un tratamiento de fertilidad en septiembre son varias:
–Regreso de las vacaciones. El mes de agosto es un mes de vacaciones para mucha gente por lo que quizás sea tu caso. Si has tenido que trabajar, es un mes algo más tranquilo en muchos sectores o, incluso, en el que se disfruta de jornada intensiva en muchas empresas por lo que llegarás a septiembre con las pilas cargadas.
–Menos estrés. Según diferentes estudios las mujeres con altos niveles de estrés y ansiedad pueden ovular hasta un 20 por ciento menos, y la posibilidad de que sus óvulos sean fecundados disminuye en un 30 por ciento. Los meses de verano nos permiten hacer una pausa y vivir más relajados por lo que se reduce la carga mental de otras épocas del año. Tanto si has disfrutado de unos días de relax en la playa, la montaña o tu propia ciudad, seguro que estás más tranquila y con ganas de afrontar cualquier reto que te pongas por delante.
–Buen tiempo. Septiembre es uno de los meses con mejor tiempo meteorológico. Nos olvidamos del calor extremo pero todavía disfrutamos de muchas horas de luz y temperaturas agradables. Y el buen tiempo nos pone de buen humor.
Primera consulta en Amnios
Si estás decidida a retomar o iniciar tu tratamiento de reproducción asistida, en Amnios in Vitro Project te ofrecemos primera consulta gratuita. Además, puedes solicitar una primera cita conjunta en la que te atenderá un médico ginecólogo especialista en reproducción asistida y un embriólogo. Y puedes hacer la consulta de forma presencial o virtual.
En la primera visita, el médico te realizará una serie de preguntas para conocer al máximo el historial médico de la mujer o pareja; si tienes alguna prueba previa, se valorará. En el caso de que sea tu primer tratamiento, se prescribirá un estudio de fertilidad. Este consiste en: ecografía para la mujer y seminograma para el hombre; analíticas hormonales, serología y cariotipos; y otras pruebas a la mujer como la histeroscopia o la histerosalpingografía. Todo se personalizará en función de las necesidades de cada mujer.