Este pasado domingo 4 de junio de se ha celebrado el día internacional de la fertilidad y durante todo el mes de junio se conmemora su cuidado recordándose que la falta de capacidad reproductora está catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad crónica. En este sentido, es muy importante la labor de divulgación para conocer, entender y visualizar la infertilidad de manera que nadie pueda volverse a sentir discriminado, avergonzado o culpable de no poder tener descendencia de manera natural.
Desde que existe la humanidad y el ser humano tomó consciencia de sí mismo ha sabido, aún sin entender el mecanismo, de la gran importancia que la fertilidad tiene como garante de la supervivencia del grupo. Ya en las culturas premesopotámicas se adoraban diosas y dioses para poder dejar en sus manos la continuidad generacional.
Existen una importante cantidad de Diosas de la fertilidad, Diosas madre o magna Mater que suelen representarse con grandes caderas y prominentes pechos, dos atributos femeninos icónicos de la maternidad y que se encuentran perfectamente patentes en todas estas imágenes. También se han encontrado la representación de Dioses masculinos asociados con la fertilidad, generalmente mostrados con el pene en erección o, simplemente, como signos fálicos.
A medida que el ser humano ha ido evolucionando, amasando conocimientos y descubriendo poco a poco los mecanismos de la reproducción, han ido cambiando o variando los distintos ritos para llamar a la fertilidad.
La infertilidad siempre ha estado envuelta en vergüenza y tabú.
No obstante, el ocultismo y el silencio que siempre ha envuelto a este tema ha hecho que los problemas de infertilidad hayan llegado hasta nuestros días cubiertos por un oscuro halo de vergüenza y de tabú. La estrecha y lógica relación entre fertilidad, reproducción y sexo, unido a la fuerte influencia de las distintas religiones representadas en su ámbito más cercano a nosotros por la religión cristiana, han hecho que en la actualidad sea tremendamente difícil hablar con normalidad de esterilidad o incluso de dificultades para engendrar.
En nuestra cultura popular siempre se ha tendido a estigmatizar a aquellas personas que sufren o han sufrido esterilidad. El desconocimiento hasta el siglo XVIII del papel real del varón en el proceso reproductivo, y la actitud de las monarquías europeas, han hecho culpable durante muchísimo tiempo a la mujer, con lo que el principal remedio que se ha utilizado para solucionar un problema de infertilidad ha sido cambiar de mujer.
El caso de la infertilidad masculina tampoco ha ayudado mucho a la normalización de esta enfermedad ya que una sociedad machista como la nuestra siempre ha relacionado la fertilidad masculina con virilidad, hombría, incluso con potencia sexual.
Por todo ello es muy importante la completa normalización a través de la visualización de los problemas de infertilidad, en los medios de comunicación, la sociedad en general y la propia familia. Aprovechemos este mes de junio, mes internacional de la fertilidad para leer, informarnos y hablar sin prejuicios y abiertamente de esterilidad y empatizar con aquellos que lo están sufriendo en sus cuerpos.
Paco Guijarro Ponce
Responsable Laboratorio Amnios In Vitro Project