La inseminación artificial es una técnica de reproducción asistida que por su sencillez y las pocas molestias que produce sigue teniendo un importante papel dentro de las técnicas que se utilizan en una clínica de fertilidad. Además el precio de la misma es menor que el precio de otras técnicas como la fecundación in vitro, lo cual es otro aliciente más para considerarla en aquellas pacientes en que pueda estar indicada.
Pero a la hora de considerar hacer una inseminación artificial o una fecundación in vitro, una de los elementos a considerar es la edad de la paciente. Es claro que éste es uno de los factores pronósticos más importante en un programa de inseminación artificial. Según aumenta la edad de la paciente la probabilidad de conseguir el embarazo con este tratamiento de fertilidad es menor. De esta forma, hasta los 38 años los resultados se pueden considerar suficientemente buenos. No obstante la probabilidad de embarazo declina mucho a partir de ese momento, con lo que hay que ser muy cauto a la hora de indicar una inseminación artificial. A partir de los 40 años la probabilidad de embarazo con este tratamiento de fertilidad es tan bajo que no se suele considerar su uso.
Por tanto, podemos resumir que a la hora de considerar hacer o no una inseminación artificial frente a otras técnicas cono la fecundación invitro, una de los elementos más importantes a considerar debe ser la edad de la paciente.