Las parejas que buscan un embarazo pueden encontrarse con complicaciones durante su camino y no lo consiguen debido a un problema de infertilidad en uno de ellos. Gracias a los avances científico-tecnológicos pueden recurrir a las diferentes técnicas de reproducción asistida.
A pesar de que a menudo la fecundación in vitro (FIV) se confunda con la inseminación artificial, son dos tratamientos completamente distintos. Un factor que tienen en común es que, son los dos procedimientos más demandados en las clínicas de fertilidad.
Pero… ¿En qué consiste cada tratamiento?
La inseminación artificial, también conocida como inseminación intrauterina, es un procedimiento en el que se introduce una muestra de esperma, previamente tratado en el laboratorio, en el útero de la mujer durante el periodo de ovulación. En este método los espermatozoides viajan hasta el óvulo por sí solos hasta que se produce la fecundación, la unión entre el óvulo y el espermatozoide.
En la FIV, la fecundación de óvulos y espermatozoides se efectúa en el laboratorio a través de distintas técnicas. Este tratamiento es mucho más complejo que el anterior.
La inseminación artificial es una técnica más simple debido a que no hace falta la extracción de los óvulos. La estimulación ovárica, en la inseminación artificial, debe ser mínima puesto que existe un riesgo de embarazo múltiple. Por ello, solo se dejan crecer 1 o 2 folículos, en el caso de que crecieran más, el ciclo se cancela. Mientras que en la fecundación in vitro, la estimulación ovárica busca tener un mayor número de óvulos, entre 6 y 15.
Tasas de éxito
Las posibilidades de éxito en los tratamientos de inseminación artificial son menores, el porcentaje es un 15% por intento, teniendo en cuenta las parejas con buen pronóstico. La probabilidad en el caso de la fecundación in vitro, en algunos casos llega hasta el 60%.
En la situación de una pareja que lleva un tiempo prolongado en busca del embarazo, se valora el caso de manera personalizada, pues determinados parámetros como la edad materna, la reserva ovárica de la mujer, la calidad de la muestra de semen, así como el estado de las trompas son parámetros de vital importancia a la hora de decantarse por una técnica u otra.
Durante el proceso de fecundación, la inseminación artificial no ofrece información pues todo ocurre de manera natural en el útero y las trompas de la mujer. En cambio, en la fecundación in vitro se puede obtener información muy útil durante el procedimiento, como por ejemplo, la calidad de los ovocitos, la tasa de fertilización, así como la valoración del desarrollo de los embriones hasta blastocisto, embriones de 5 días y estadio más avanzado de los embriones antes de implantarse en el útero.
La edad materna como factor decisivo
Se recomienda la inseminación artificial en parejas que tengan un buen pronóstico. Parejas en la que la edad materna está por debajo de 37-38 años, lleven poco tiempo buscando un embarazo, no tengan alteraciones seminales importantes y no haya una alteración en las trompas o endometriosis.
No es recomendable en situaciones donde la mujer tiene una baja reserva ovárica o a partir de los 38 – 39 años. Es un tratamiento que no es adecuado cuando la calidad seminal es baja. Si tras 3-4 intentos de inseminación artificial no se consigue el embarazo, se recomienda recurrir a la fecundación in vitro. Esta técnica nos aportara información muy valiosa acerca del problema reproductivo de la pareja: tal como la calidad de los ovocitos, si estos fertilizan o no en contacto con los espermatozoides, y la calidad de los embriones que se generan, siendo posible también, analizar los embriones genéticamente , para ver si portan anomalías genéticas.
El tratamiento de inseminación artificial tiene más demanda en mujeres jóvenes sin pareja masculina, mujeres que deciden asumir la maternidad ellas solas o parejas lesbianas. La fecundación in vitro es una solución con mayor probabilidad de éxito en reproducción asistida y habitualmente es la elección por excelencia en parejas con factor masculino severo , obstrucción de trompas o edad materna avanzada.
De todos modos, la opinión que te facilitarán los expertos en Amnios In Vitro Project, será la más importante, podrá evaluar la situación de cada pareja de forma individual y marcar unas pautas. Esta opinión estará basada en los resultados de las pruebas, analíticas, historial clínico de ambos para ofrecer un tratamiento personalizado y óptimo.