Un día en el laboratorio de Amnios

A pesar de que intentamos tener una disponibilidad y accesibilidad total para que nuestros pacientes puedan plantearnos todas las dudas que les surgen a lo largo de un tratamiento, muchas veces es el miedo a lo desconocido lo que genera cierta ansiedad y desconfianza a la hora de afrontar una técnica de reproducción asistida. Por ello, con este post queremos explicar detalladamente cómo es un ciclo desde dentro, enseñando con detalle cómo trabajamos en el laboratorio de Amnios.

Inseminación artificial:

Un ciclo de inseminación artificial, ya sea con el semen de la pareja o de donante, es un procedimiento sencillo desde el punto de vista del laboratorio, ya que nosotros nos encargamos únicamente de preparar la muestra seminal. Esta preparación consiste en seleccionar los espermatozoides de mayor capacidad fecundante, basándonos en su movilidad y su morfología, para aumentar así las probabilidades de éxito. De modo que, tras la fase de estimulación ovárica, preparamos la muestra seminal para que, mediante una fina cánula, la ginecóloga los deposite en el interior de la cavidad uterina, en un lugar próximo a donde tendrá lugar la fecundación.

Fecundación in Vitro:

Tanto la fecundación in vitro tradicional (FIV) como la microinyección espermática (ICSI) son técnicas de reproducción asistida que requieren un personal de laboratorio cualificado y los últimos avances tecnológicos, pues son procedimientos más complejos, que hay que llevar a cabo con el mayor cuidado y esmero.

Para el laboratorio, un ciclo de FIV comienza el día de la punción o DÍA 0. La punción es una sencilla intervención quirúrgica en la que, mediante control ecográfico, se extrae el líquido folicular en el cual van contenidos los ovocitos que han crecido durante la estimulación. En el laboratorio nos encargamos de buscar en ese líquido folicular los ovocitos para recogerlos y ponerlos en un medio de cultivo adecuado, al menos, una hora y así disminuir el estrés que hayan podido sufrir durante el proceso.

Pasada esta hora, se lleva a cabo la decumulación ovocitaria. Es decir, los ovocitos que hemos rescatado del líquido folicular están rodeados de capas externas que los protegen pero que, en nuestro caso, nos impiden ver la madurez y trabajar con ellos, por lo que es necesario eliminarlas. Nuevamente, después de este proceso volvemos a dejar los ovocitos en cultivo para que reposen hasta la microinyección. Mientras tanto preparamos la muestra seminal, seleccionando de nuevo los espermatozoides con mayor capacidad fecundante.

Imagen 1

Aproximadamente a las 12.00h de la mañana se lleva a cabo la microinyección espermática, es decir, la introducción de un espermatozoide en el interior del ovocito maduro. Para ello nos servimos de un complejo sistema que une un micromanipulador a un microscopio, suponiendo un gran avance respecto a la FIV convencional y logrando altas tasas de fecundación aún cuando la calidad seminal es baja. Después de realizar la técnica los ovocitos microinyectados, se depositan en un nuevo medio de cultivo, esta vez específico para embriones en su estadíos iniciales y se deja en cultivo hasta el día siguiente.

Imagen 2

Día 1: Tras 16-20h después de la microinyección, miramos la fecundación. Si la técnica ha tenido lugar exitosamente, el ovocito presentará dos núcleos visibles, uno correspondiente al gameto masculino y otro al gameto femenino, así como dos corpúsculos polares, que indicarán que el ovocito ha completado sus divisiones meióticas y el material genético se ha repartido correctamente.

Imagen 3

Días 2-6: Durante los siguientes días, nos encargamos de valorar los embriones según aspectos morfocinéticos, es decir, observamos microscópicamente las divisiones celulares, el número y simetría de células, la presencia o ausencia de fragmentos celulares y una serie de parámetros que  nos permiten clasificar los embriones en función de su calidad. Esta valoración se realiza diariamente hasta el momento de la transferencia.

Imagen 4

Transferencia embrionaria: Los embriones se dejan en cultivo hasta el momento de depositarlos en el fondo del útero. Este momento varía según el caso concreto de cada paciente. La transferencia se hará el día que aporte mayor probabilidad de conseguir éxito. Generalmente se realiza en día 3, pero en ocasiones el cultivo se prolonga hasta día 5 o 6, para alcanzar la fase de blastocisto. Ambos tipos de cultivo embrionario tienen sus ventajas y desventajas, por ello valoramos cada caso de manera personal, ofreciendo siempre el más apropiado para cada paciente.

Imagen 5

Una vez realizada la transferencia embrionaria, si hay embriones en exceso se procede a la criopreservación de los mismos, empleando la técnica de vitrificación, para que puedan ser utilizados en ciclos posteriores sin necesidad de volver a tener que pasar por las fases anteriores.

Durante todo el tratamiento, el material está controlado y vigilado por el sistema RI Witness de seguimiento y trazabilidad de muestras, impidiendo así la posibilidad de confusión de muestras de distintos pacientes y aportando una mayor seguridad al proceso.

Tras esta breve pero esquemática explicación, esperamos haber abierto las puertas del laboratorio para conceder una mayor claridad sobre el trabajo que realizamos diariamente para ofrecer a nuestros pacientes los mejores servicios día tras día. No obstante, como siempre, todo el equipo de Amnios estaremos encantados de resolver cualquier duda que pueda surgir.

Victoria García Aroz
Embrióloga Amnios In Vitro Project

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