Inseminación artificial casera, una técnica que se debe evitar siempre. No es raro encontrar personas que preguntan por la posibilidad de hacer inseminaciones caseras. Pero es algo que, aparte de no ser en absoluto efectivo, puede tener incluso efectos secundarios.
Si lo que se pretende es hacer una inseminación casera intravaginal, es decir coger una muestra de semen, e introducirla en la vagina, lo primero que hay que decir es que va a ofrecer menores resultados incluso que lo puede producir una relación sexual. En una relación sexual la muestra de semen se depositará en el cuello del útero. Sin embargo, si la muestra de semen se deja en la vagina, el medio ácido de ésta impedirá que la mayoría de espermatozoides lleguen al cuello del útero y progresen dentro de él.
Por otro lado, en ocasiones se han hecho inseminaciones intrauterinas caseras, es decir sin preparación de la muestra de semen. Esto no va a conseguir gestación, dado que la muestra de semen, durante su paso a través del cuello del útero, va a sufrir unos cambios llamados capacitación, que permiten que los espermatozoides adquieran capacidad fecundante. Si no se realiza esta capacitación, o bien fisiológicamente o bien mediante reacciones químicas en el laboratorio, que es en lo que consiste el procesamiento de la muestra para hacer una inseminación artificial, no habrá embarazo. Y lo que es peor, en ocasiones esas muestras de semen no capacitadas pueden provocar reacciones alérgicas. Y, finalmente, es posible que esas inseminaciones caseras puedan realizarse en condiciones poco higiénicas que puedan favorecer infecciones del aparato genital con serias repercusiones futuras.
Por tanto, desde aquí debemos desaconsejar las inseminaciones caseras y aconsejar que, antes de hacerse una de ellas, acudan a una clínica de esterilidad para estudiarse correctamente y aplicar el tratamiento de fertilidad más adecuado en cada caso.
