Estamos acostumbrados a ver y oír noticias, unas más científicas y otras más sensacionalistas, sobre la responsabilidad de la mujer en el éxito o, más comúnmente, en el fracaso de un tratamiento de reproducción asistida. Pero, ¿qué hay de la parte masculina? ¿Hay factores masculinos que puedan afectar al éxito de un tratamiento? ¿Le estamos dando la importancia que requiere realmente?
Muchas veces parece que se resta importancia al papel que tiene el varón a la hora de llevar a cabo un tratamiento de reproducción asistida. Actualmente es más que conocida la repercusión de los factores maternos, especialmente la edad, en el momento de buscar gestación. La sociedad comienza a concienciarse de esto, pero mucho menos destacado es la importancia de los factores masculinos que también pueden afectar a la hora de conseguir un embarazo, tanto natural, como en un tratamiento de fertilidad. Uno de estos factores, tan sencillo como la abstinencia sexual, parece ser totalmente ignorado. Por ello, en este blog intentamos dar unas pautas que pueden aumentar las probabilidades de éxito en tu tratamiento.
Para empezar, destacar que el período de abstinencia sexual no es el tiempo que se lleva sin mantener relaciones sexuales, sino el número de días sin eyacular. La espermatogénesis o producción de espermatozoides, se lleva a cabo constantemente en el testículo desde el nacimiento hasta la muerte. Si bien la producción disminuye con la edad, a diferencia de las mujeres, es continua durante toda la vida. Ahora bien, ¿cómo influye la abstinencia en la calidad seminal?
Evidentemente la producción seminal es continua, lo que quiere decir que en el momento de la eyaculación, encontraremos espermatozoides con diferentes grados de madurez, pues no todos se habrán formado en el mismo momento. Según la abstinencia sea mayor o menor, se verán modificados unos u otros parámetros. Por lógica deducimos que a mayor abstinencia, mayor concentración de espermatozoides habrá en un eyaculado. Sin embargo, lo que muchas veces se desconoce es que a mayor abstinencia aunque haya mayor número de espermatozoides habrá una menor movilidad de los mismos y, mucho más importante, el ADN tendrá más posibilidades de haber sufrido daño debido a la presencia de sustancias de desecho que los propios espermatozoides liberan al cabo del tiempo. La movilidad y la calidad del ADN de los espermatozoides son dos de los parámetros que más afectados se ven cuando se producen largos períodos de abstinencia.
Entonces, ¿cuál es el mejor período de abstinencia para optimizar los resultados?
Estudios recientes demuestran que períodos prolongados de abstinencia (>7 días) pueden afectar negativamente a los resultados de un tratamiento de reproducción asistida. Como podemos ver en este artículo http://www.fertstert.org/article/S0015-0282(17)31882-4/fulltext después de estudiar más de 1000 ciclos, en todos ellos se observa que a mayor período de abstinencia menor tasa de embarazo clínico, menor calidad de los embriones obtenidos, y menor tasa de embarazo a término.
El siguiente paso es estudiar cuántos días de abstinencia producen los mejores resultados. En este aspecto también encontramos numerosos estudios que llegan a la misma conclusión. Con 2-4 días de abstinencia se observan mayores tasas de gestación que con 5-7 días. Y, desde el punto de vista genético, estudiando uno por uno los días, los mejores resultados se observan tras un único día de abstinencia.
Por tanto, como resumen general podemos destacar que:
- Períodos cortos de abstinencia (1-7 días) producen mejores resultados que períodos largos de abstinencia (más de 7 días)
- Dentro de los períodos cortos, producen mejores resultados una abstinencia de 2-4 días que de 5-7.
- El ADN del espermatozoide es de mayor calidad cuanto menor sea la abstinencia, consiguiendo mejores tasas de embarazo con un único día de abstinencia.
En cualquier caso, cada paciente requiere unas indicaciones concretas para optimizar su tratamiento por lo que la mejor opción es consultar siempre con un profesional que nos guíe en el tratamiento.
Victoria García
Embrióloga Amnios In Vitro Project
