La fertilidad masculina y sus problemas es algo que se ha dejado de lado muy habitualmente al referirse a los problemas de fertilidad de una pareja, aunque afortunadamente su percepción está cambiando en los últimos años. Hace años era habitual que se oyera la expresión “si no se queda embarazada será problema de ella”. E incluso era difícil convencer a los varones para que acudieran a la consulta de fertilidad. Pero nada más lejos de la realidad. Los problemas de fertilidad masculina afectan aproximadamente al 40 % de las parejas que presenta problemas para conseguir la gestación. Por ello hoy en día, estudiar una pareja sin valorar las posibles alteraciones referentes a la fertilidad masculina no tiene sentido y llevaría a una incorrecta valoración del problema. En Amnios In Vitro Project tenemos especialistas con amplia experiencia en el estudio y tratamiento de los problemas de fertilidad masculina. Desde aquí les animamos a que cojan una cita gratuita para que, sin compromiso, podamos asesorarles de la forma más adecuada posible sobre su problema
¿Cómo se valora la fertilidad masculina?
La forma de valorar las posibles alteraciones relacionadas con la fertilidad masculina, al menos en su fase inicial, es mediante un seminograma. Este debe ser lo más completo posible. Es decir, debe tener una valoración de la concentración de espermatozoides, de su movilidad, de su morfología, etc. Deben valorarse también aspectos como el porcentaje de espermatozoides vivos. Y lo que es más importante, este seminograma debe ser realizado por especialistas, dado que si no es así, la valoración de la movilidad y de la morfología no siempre es fiable. Pero todo seminograma, para estar completo, debe ir acompañado de un test REM, también llamado capacitación espermática, test de vitalidad, test de mejora, etc. Con esta prueba podremos hacernos una buena idea del número de espermatozoides con capacidad fecundante que tiene ese varón. Y esto resulta fundamental, no sólo para saber si realmente existe un problema de fertilidad masculina, sino para valorar cuál sería el tratamiento más adecuado para esa pareja.
Pero el seminograma no es la única prueba que se puede realizar. En ocasiones será importante llevar a cabo otro tipo de valoraciones como son un estudio de fragmentación de DNA del espermatozoide, donde veremos el porcentaje de espermatozoides con cadenas de DNA rota. O también a veces será importante hacer un estudio de los problemas genéticos que pueden tener los espermatozoides. Todo esto debido a que en presencia de estas anomalías la probabilidad de embarazo tanto espontáneamente como con las técnicas de reproducción asistida será menor.
